viernes, septiembre 17, 2010

yo también

yo también tengo derecho a decir que no lo soporto, que no te quiero.
también puedo ignorarte, puedo mezclar tu cabeza con la mía.
yo también puedo desentender la realidad, y ahogarme en un vaso con agua, tu vaso con agua.
puedo irme sin saludar, llegar tarde y olvidar avisarte que estoy viva.
puedo quedarme varada en mis pensamientos olvidándome que estás ahí afuera, observando, esperando, temblando, desmayándote.
y sobre todo, puedo desenamorar los días con mi encanto perdido, y con la decepción en tus ojos decir hasta luego... y no volver jamás.

sábado, septiembre 04, 2010

desvariar

¿qué significa decidir?
no quiero sorpresas ni nuevas tecnologías para mi vida, mi cuerpo y mi mente.
eso no existe, pero en la escuela no lo enseñan.
las manos de todo el mundo llevan marcas, especiales marcas que te muestran sutilmente si sos feliz o no.
los ojos de todo el mundo tienen pesares, especiales por cierto, que te muestran sutil y desgarradoramente si sos feliz o no.
las mañanas de sol, son un claro ejemplo de la lejanía del cielo.
columpiarse sobre las nubes no es chiste, es magia y es responsabilidad del que se columpia vivir el momento con el alma.
si hacés ruido por las noches con tu desvelo, los vecinos no lo entenderán, así como no entenderán que tu interior con abismos y vacíos no duerme nunca, hace ecos interminables, y también tiene laberintos mortales que a veces tienen salida, pero la mayoría de las veces no.
¿y cómo actuar ante todo esto entonces? ¿qué exige el más allá? el más acá, la gente, el clima los subtes los autos los horarios los que te piden monedas para vivir los que te piden monedas para viajar los que te tiran al piso de un maletazo porque no te ven no te escuchan no te sienten no captan el olor a soledad del aire húmedo de esta corniza llamada ciudad llamada jungla llamada infierno.

entonces...
¿qué?

jueves, septiembre 02, 2010

carta abierta al responsable

Querido Ser:
En medio de mi inquietud diaria, te escribo por primera vez, y te pido que seas sincero... ¿soy aún muy torpe con la vida? ¡como me cuesta asumirlo! Es ese el por qué de esta ridícula carta.
Mi alma está inquieta estos días, mis vivencias son tan extrañas... igual las disfruto y no me canso de preguntarme ¿qué sigue ahora?
¡Los días pasan tan rápido! qué acelerado es el mundo, yo me quedo suspendida en el aire a veces, para intercambir miradas con el presente al que nadie ve.
Siento olor a frutilla. La primavera me estará pisando cuando abra los ojos y todo corre sin detenerse. Es por eso quizás, que soy torpe. O lenta. O simplemente quiero serlo.
Un amigo me ha dicho días atrás, que el amor es como la muerte, llega cuando menos lo esperamos. Sea esto verdad o no, acá estoy sentada, tratando de no esperar nada, porque me gusta que me sorprendan, más si es con un beso.
¿Cómo es posible que no me digas lo ausenta que estoy? ¿No ves como desaparecen mis manos tras estas líneas desprolijas? A veces dudo de tu buena voluntad, pero en seguida caigo en la cuenta de que mi cabeza está mezclada con mi corazón, y a su vez con mi siniestra mano que hoy te escribe.
Vos haceme caso, ignorame totalmente.
Siempre te querré, aunque muera de desamor mañana mismo y mis ojos inunden este lejano lugar.
Soñame todas las mañanas.
Recordame cuando el olor a tierra mojada te refresque.
Llorame si me voy algún día.
Esperame por si vuelvo.
Nombrame susurrando antes de tirarte al vacío.
Perdoname.

P.